Friday, 30 June 2017

LA NATURALEZA HUMANA EN LAS CORRIENTES DE PENSAMIENTO...XI ----THE HUMAN NATURE IN THE CURRENTS OF THOUGHT... XI

 EXISTENCIALISMO FRANCÉS


El existencialismo francés, al menos en su línea radical, cuyo principal representante es Sartre, nos ofrece aquello que corrientemente se da como características de la filosofía de la existencia, a saber, una antropología de tipo vitalista. En la rama católica del existencialismo francés que se representa G. Marcel, predominan, sin embargo, de nuevo los intereses metafísicos.

Jean Paul Sartre (1905-1980) es, sin duda, más literato que filósofo. Tanto sus dramas como sus obras filosóficas han levantado en Francia un torbellino de entusiasmo que llega hasta la histeria. Sastre se apoya en Heidegger y utiliza muchos de sus conceptos.

Sartre  no da a la existencia el sentido de la filosofía existencial alemana, sino más bien el que correspondería a la oposición tradicional entre esencia y existencia. Lo primero sería en el hombre la existencia, su propia voluntad y su obrar personal. El hombre ocupa el lugar de Dios; es el mismo artífice de su propio ser y esencia. Para el autor,  el hombre es necesariamente libre y por tanto Dios no puede existir. Ser libre, escoger, tomar decisiones, en fin, existir, nadie puede hacerlo por mí porque la existencia es sólo mía




El principio fundamental del existencialismo reza así: el hombre no es otra cosa que lo que él mismo se hace. Lo mismo que en el marxismo, vuelva la consigna de la “praxis”, sólo que ahora aumentada en un ciento diez por ciento de radicalismo.

El hombre es ahora absolutamente libre. Pero esta libertad no es un don, sino que “el hombre está condenado a ser libre”; condenado, porque para que la libertad sea plena libertad, no puede haber nada enfrentado normativamente al hombre, ni fe en Dios, ni verdades, ni valores. Sastre es nihilista y ateo radical.

Gabriel Marcel (1877-1973), el filósofo católico de la existencia en Francia retorna al auténtico ser.

Influido por Kierkegaard, que está presente en todos los filósofos de la existencia, sabe también que en toda metafísica del ser no se puede abstraer del sujeto, que es preciso pensar existencialmente, y que por eso la realidad es un misterio.

ÉTICA Y SOCIEDAD

La ética es la parte de la filosofía que trata de la valoración moral de los actos humanos.

Las aportaciones actuales en el campo de la antropología filosófica, puestas de relieve en España por Zubiri y Aranguren, parten de la confrontación entre el comportamiento animal y el comportamiento humano. El organismo humano permanece en suspenso ante los estímulos. 

A diferencia del animal, su complicación no permite dar una respuesta adecuada ante ellos. Esta liberación de los estímulos despierta la inteligencia del hombre y hace viable su libertad: le introduce en un mundo en el que el hombre ha de hacerse cargo de la realidad y justificar sus actos. El hombre aparece así como animal constitutivamente moral.

A su vez, la moral como estructura humana exige por su parte un contenido moral, puesto que el hombre debe tomar a cargo la realidad por sí mismo, es decir, responsablemente.

Su respuesta no debe ser arbitraria o subjetiva, sino conforme con aquello que es absolutamente bueno según determinadas normas o sistemas de preferencia.

El objeto de la ética se centra, pues, en la “praxis, considerada como acción específicamente humana, en cuanto procede responsablemente del agente y le perfecciona. La acción humana inmanente a la realización de la personalidad moral es, en conclusión, el punto central que da nombre a la ética y la estructura como ciencia.

La ética no se limita a conocer, sino que pretende enunciar los imperativos de la conducta moral del hombre. Universalmente, los moralistas se han aplicado a dirigir los actos y las costumbres humanas en una doble perspectiva:

  1. como “ars vivendi” o técnica de la felicidad, individual o social.
  2. como justificación del hombre en cuanto tal, a fin de que viva de una manera digna o humana según las exigencias ineluctables de su forma de ser. Ambas perspectivas no se excluyen, sino que se complementan.

La ética nos  dice cómo debe comportarse el hombre; las disciplinas humano-positivas (psicología, sociología, histórica…) nos dicen cómo se comporta efectivamente.

De la antigüedad clásica a nuestros días, la ética se ha apoyado siempre en la experiencia moral hasta llegar a presentarse en ocasiones como mera descripción de los usos y modos de obrar en el plano individual y social.

Las doctrinas morales se elaboran sin excesiva preocupación por el método. Una concepción distinta del hombre y del sentido de su vida en el mundo se presupone en las varias respuestas que se han dado a la cuestión central acerca de la esencia y la norma de la moralidad. 

Este es el origen de las llamadas “morales tradicionales”, que los tratadistas acostumbran  a clasificar según el orden de valores a que apuntan: morales, de placer, de la felicidad; morales utilitaristas, altruistas; morales tradicionales, evolucionistas, positivistas, sociológicas; morales del sentimiento, del yo, de la voluntad, de la libertad, de la razón, etc.

A diferencia de las hipótesis experimentales, la ley moral no se induce de los hechos ni se controla por ellos, sino que se justifica por la coherencia del sistema en que se inserta. La observación del hombre y el análisis reflexivo sobre su naturaleza conducen al descubrimiento de la ley moral y al desarrollo de las doctrinas morales. Por lo que se refiere a la apreciación de casos particulares, se procede según el método comprehensivo, por el recurso inmediato a la experiencia vivida.

FRENCH EXISTENTIALISM


The French existentialism, at least in its radical line, which main representative is Sartre, offers us what normally happens like characteristics of the philosophy of the existence, namely, an anthropology of vitalist type. In the catholic branch of the French existentialism that G. Marcel represents, they predominate, nevertheless, again over the metaphysical interests.


Jean Paul Sartre (1905-1980) is, undoubtedly, more literary than philosopher. Both its dramas and its philosophical works have raised in France a maelstrom of enthusiasm that comes up to the hysteria. Tailor rests on Heidegger and uses many of its concepts.

Sartre does not give to the existence the sense of the German existential philosophy, but rather the one that would correspond to the traditional opposition between extract and existence. The first thing there would be in the man the existence, its own will and its working personnel. The man occupies the God's place; he is the same maker of his own being and extract. For the author, the man is necessary free and therefore God cannot exist. To be free, to choose, to take decisions, anyway, to exist, nobody can do it for me because the existence is only mine.

The fundamental beginning of the existentialism prays this way: the man is not another thing than what he does to himself himself. The same that in the Marxism, turns the slogan of the "praxis", only that now increased in a hundred ten per cent of radicalism.

The man is now absolutely free. But this freedom is not a gift, but “the man is convicted to be free”; condemned, because so that the freedom is a full freedom, there can be anything conflicting normativamente neither to the man, nor faith either in God, or truths, or values. Tailor is a nihilistic and atheistic radical. 

Gabriel Marcel (1877-1973), the catholic philosopher of the existence in France returns the authentic being.



Influenced by Kierkegaard, which is present in all the philosophers of the existence, he knows also that in any metaphysics of the being it is not possible to leave aside of the subject, that it is necessary to think existentially, and that that's why the reality is a mystery.

ETHICS AND SOCIETY


The ethics are the part of the philosophy that treats about the moral evaluation of the human acts.

The current contributions in the field of the philosophical anthropology, emphasized in Spain for Zubiri and Aranguren, depart from the confrontation between the animal behavior and the human behavior. 

The human organism remains in failure before the stimuli. In contrast to the animal, its complication does not allow to give an answer adapted before them. This awake liberation of the stimuli the intelligence of the man and it makes its freedom viable: it introduces him in a world in which the man has to take charge of the reality and to justify its acts. The man appears as well as animal constitutivamente morally.

In turn, the morality as human structure demands for his part a moral content, since the man must take to charge the reality himself, that is to say, responsibly.

Its answer must not be arbitrary or subjective, but in accordance with what is absolutely good according to certain norms or systems of preference.

The object of the ethics centers, then, on the “praxis considered action specially human, as soon as it comes responsibly from the agent and perfects him. The immanent human action to the achievement of the moral personality is, in conclusion, the central point that names the ethics and the structure like science.

The ethics do not limit themselves to knowing, but he tries to enunciate the imperatives of the moral conduct of the man. Universally, the moralists have devoted themselves at directing the acts and the human customs for themselves in a double perspective:

like “ars vivendi” or skill of the happiness, individual or social.
as justification of the man as soon as such, in order that he lives in a worthy or human way as the ineluctable requirements of its character. Both perspectives are not excluded, but they complement each other.

The ethics say to us how the man must behave; the human-positive disciplines (psychology, sociology, historical …) they say to us how he behaves really.

Of the classic antiquity to our days, the ethics have always rested on the moral experience up to going so far as to present sometimes like mere description of the uses and ways of acting in the individual and social plane.

The moral doctrines are prepared without excessive worry by the method. A conception different from the man and from the sense of its life in the world presupposes to itself in different answers that have happened to the central question about the extract and the norm of the morality. 

This is the origin of the called “traditional mulberry trees”, which the commentators accustom to classifying according to the order of values at which they point: mulberry trees, of pleasing, of the happiness; moral utilitarians, altruists; traditional, evolutionist, positivist, sociological moralities; mulberry trees of the feeling, of me, of the will, of the freedom, of the reason, etc.

In contrast to the experimental hypotheses, the moral law neither is induced of the facts nor is controlled by them, but it justifies itself for the coherence of the system in which it is inserted. 

The observation of the man and the reflective analysis on its nature they drive to the discovery of the moral law and to the development of the moral doctrines. Since it refers to the appreciation of particular cases, one proceeds according to the method comprehensivo, for the immediate resource to the real experience.


Sunday, 25 June 2017

WHITECHAPEL GALLERY.


https://goo.gl/maps/WtQ4NgVozXs


Una apasionante tarde, disfrutando y tratando de entender los estilos mas vanguardista del arte britanico.

An exciting evening, enjoying and trying to understand the styles more avant-gardist of the British art.

Monday, 12 June 2017

LA NATURALEZA HUMANA EN LAS CORRIENTES DE PENSAMIENTO...X ----THE HUMAN NATURE IN THE CURRENTS OF THOUGHT... X

EXISTENCIALISMO ALEMÁN

Desde los comienzos de la filosofía existencial alemana acusa cierta tonalidad patética. Desde fuera se ha caracterizado de forma general, algo exageradamente, con las palabras de angustia, cuidado, pesimismo, nihilismo, trágico y heroico.

“Kart Jaspers” (1883-1969) fue largo tiempo profesor en Heidelberg, y desde 1948, en Basilea. Es junto con Heidegger el fundador de la filosofía existencial alemana.

Jaspers quiere dar en su filosofía una explicación de la existencia. Lo que él entiende por existencia discurre de la siguiente forma. El hombre tiene ante sí la realidad del mundo. Esta realidad es primeramente aquella existencia de los objetos reales de que se ocupan las ciencias particulares (en Heidelger se llama ser presencial, a mano). 

El hombre no filósofo toma ese ser presencial como cosa evidente y aproblemática. Una orientación filosófica advierte pronto que no se da una visión uniforme y unitaria del mundo, pues siempre ocurre que se absolutiza de un lado, un trozo, que se toma por el todo, relegando a segundo plano todo lo demás.

El positivismo, por ejemplo, obra como si el lado cuantitativo de las cosas fuera todo lo real. El idealismo hace lo mismo con el espíritu. Y sobre todo olvidan ambos que los contenidos de la conciencia (representaciones, conceptos, juicios) no son aquello que generalmente se cree, a saber, conceptos mentales de validez universal, con que adecuadamente aprehendemos los objetos; en realidad, el hombre piensa “existencialmente” cada concepto, con su sello de singularidad incomunicable e insustituible.

Jaspers ve en la existencia un juego combinado de vida y espíritu. Quien no quiere salvar más que la vida, como “existencia irracional” a merced del sentimiento, de la vivencia, de la impulsividad aproblemática, del instinto y del capricho, caerá en una ciega brutalidad, del instinto. 

Quien por el contrario no quiere salvar más que el espíritu, la “razón inexistencial”, resbala hacia un universalismo intelectual, esquemática, sin personalidad, sin historicidad, como un punto vacía, sustituible a capricho por otro. Las dos cosas han de integrarse.

“Los grandes polos de la existencia, que se dan la mano en todas las formas del “envolvente” son, pues, razón y existencia. Ambas son inseparables, pereciendo una si perece la otra”. En Jaspers, existencia es la conjunción de lo vivido, lo asumido por la vida en su decisión, lo apropiado personalmente en libertad e histórica singularidad, con lo sellado lógicamente, transido de espíritu y elevado a conciencia científica.

El camino e la explicación filosófica o esclarecimiento de la existencia no será consiguientemente, el nuevo saber. Esto equivaldría a recaer en la filosofía de la conciencia, superada ya por Kierkagaard y Nietzsche.

La existencia, como síntesis de vida y espíritu, es propiamente una actitud, un comportamiento para “consigo mismo”. El hombre existencial debe estar siempre de camino, no puede petrificarse en ninguna verdad, concepto ni sistema dogmático; debe, por el contrario, estar constantemente abierto (comunicado) y dispuesto a aprender; debe tomar en consideración todo punto de vista, consciente siempre de que pare el hombre caminante no hay verdades definitivas, que todo debe ser probado e intentado. Una absoluta tolerancia es, según esto, una auténtica meta humana.

Martín Heidegger (1889-1976) es el otro fundador de la filosofía existencial alemana. Más taciturno que Jaspers, más penetrante, más difícil y más resuelto para crear e innovar. Es sucesor de Husserl, su maestro, en Friburgo, pero ha impreso a la fenomenología, de la que procede, rumbos esencialmente nuevos. 

GERMAN EXISTENTIALISM

From the beginning of the German existential philosophy it accuses certain pathetic tonality. From the outside it has been characterized of general form, something exaggeratedly, with the words of anxiety, care, pessimism, nihilism, tragic and heroic.

“Go-cart Jaspers” (1883-1969) was a long time teacher in Heidelberg, and from 1948, in Basel. He is together with Heidegger the founder of the German existential philosophy.

Jaspers wants to give in its philosophy an explanation of the existence. What he understands for existence passes of the following form. The man has before himself the reality of the world. This reality is firstly that existence of the real objects with which there deal the particular sciences (in Heidelger to be presencial is called, to hand). 

The man not philosopher takes this being presencial like clear thing and aproblemática. A philosophical orientation warns soon that there does not happen a uniform and unitary vision of the world, since it always happens that absolutiza of a side, a piece, which takes for everything, relegating to background everything else.

The positivism, for example, acts as if the quantitative side of the things was everything real. The idealism does the same with the spirit. And especially both forget that the contents of the conscience (representations, concepts, judgments) are not what generally believes, namely, mental concepts of universal validity, with which appropriately aprehendemos the objects; in fact, the man thinks "existentially" every concept, with its stamp of incommunicable and irreplaceable singularity.


Jaspers sees in the existence a combined game of life and spirit. Who does not want to save any more than the life, as “irrational existence” to favor of the feeling, of the experience, of the impulsiveness aproblemática, of the instinct and of the caprice, will fall down in a blind brutality, of the instinct. The one who on the contrary does not want to save any more than the spirit, the “unexistential reason”, slips towards an intellectual, schematic universalismo, without personality, without historicity, as a point empties, sustituible to caprice for other. Two things have to integrate.

“The big poles of the existence, which unite in all the forms of the "surrounding one" are, then, a reason and existence. Both are inseparable, perishing one if other one perishes”. In Jaspers, existence is the conjunction of the real thing, the assumed for the life in its decision, the appropriate thing personally at large and historical singularity, with the sealed logically, transido of spirit and raised to scientific conscience.

The way and the philosophical explanation or clarification of the existence will not be therefore, the new knowledge. This would be equivalent to relapse into the philosophy of the conscience, overcome already by Kierkagaard and Nietzsche.

The existence, like synthesis of life and spirit, is properly an attitude, a behavior for “with it”. The existential man must always be of way, can petrify either in any truth, concept nor dogmatic system; constantly open (bulletin) has to, on the contrary, be and ready to learn; it must take in consideration any point of view, conscious of that the man gives birth walker there are always no definitive truths, that everything must be tried and tried. An absolute tolerance is, according to this, an authentic human goal.

Martín Heidegger (1889-1976) is another founder of the German existential philosophy. More taciturn than Jaspers, more penetrating, more difficult and more solved to create and to innovate. He is a successor of Husserl, its teacher, in Friburgo, but it has printed on the fenomenología, from which it comes, courses essentially new.

Art Black Side