EXISTENCIALISMO ALEMÁN
Desde los comienzos de la filosofía existencial
alemana acusa cierta tonalidad patética. Desde fuera se ha caracterizado de
forma general, algo exageradamente, con las palabras de angustia, cuidado, pesimismo,
nihilismo, trágico y heroico.
“Kart Jaspers” (1883-1969) fue largo tiempo
profesor en Heidelberg, y desde 1948, en Basilea. Es junto con Heidegger el
fundador de la filosofía existencial alemana.
Jaspers quiere dar en su filosofía una
explicación de la existencia. Lo que él entiende por existencia discurre de la
siguiente forma. El hombre tiene ante sí la realidad del mundo. Esta realidad
es primeramente aquella existencia de los objetos reales de que se ocupan las
ciencias particulares (en Heidelger se llama ser presencial, a mano).
El hombre no filósofo toma ese ser presencial como cosa evidente y aproblemática. Una orientación filosófica advierte pronto que no se da una visión uniforme y unitaria del mundo, pues siempre ocurre que se absolutiza de un lado, un trozo, que se toma por el todo, relegando a segundo plano todo lo demás.
El hombre no filósofo toma ese ser presencial como cosa evidente y aproblemática. Una orientación filosófica advierte pronto que no se da una visión uniforme y unitaria del mundo, pues siempre ocurre que se absolutiza de un lado, un trozo, que se toma por el todo, relegando a segundo plano todo lo demás.
El positivismo, por ejemplo, obra como si el
lado cuantitativo de las cosas fuera todo lo real. El idealismo hace lo mismo
con el espíritu. Y sobre todo olvidan ambos que los contenidos de la conciencia
(representaciones, conceptos, juicios) no son aquello que generalmente se cree,
a saber, conceptos mentales de validez universal, con que adecuadamente
aprehendemos los objetos; en realidad, el hombre piensa “existencialmente” cada
concepto, con su sello de singularidad incomunicable e insustituible.
Jaspers ve en la existencia un juego
combinado de vida y espíritu. Quien no quiere salvar más que la vida, como
“existencia irracional” a merced del sentimiento, de la vivencia, de la
impulsividad aproblemática, del instinto y del capricho, caerá en una ciega brutalidad,
del instinto.
Quien por el contrario no quiere salvar más que el espíritu, la “razón inexistencial”, resbala hacia un universalismo intelectual, esquemática, sin personalidad, sin historicidad, como un punto vacía, sustituible a capricho por otro. Las dos cosas han de integrarse.
Quien por el contrario no quiere salvar más que el espíritu, la “razón inexistencial”, resbala hacia un universalismo intelectual, esquemática, sin personalidad, sin historicidad, como un punto vacía, sustituible a capricho por otro. Las dos cosas han de integrarse.
“Los grandes polos de la existencia, que se
dan la mano en todas las formas del “envolvente” son, pues, razón y existencia.
Ambas son inseparables, pereciendo una si perece la otra”. En Jaspers,
existencia es la conjunción de lo vivido, lo asumido por la vida en su
decisión, lo apropiado personalmente en libertad e histórica singularidad, con
lo sellado lógicamente, transido de espíritu y elevado a conciencia científica.
El camino e la explicación filosófica o
esclarecimiento de la existencia no será consiguientemente, el nuevo saber.
Esto equivaldría a recaer en la filosofía de la conciencia, superada ya por
Kierkagaard y Nietzsche.
La existencia, como síntesis de vida y
espíritu, es propiamente una actitud, un comportamiento para “consigo mismo”.
El hombre existencial debe estar siempre de camino, no puede petrificarse en
ninguna verdad, concepto ni sistema dogmático; debe, por el contrario, estar
constantemente abierto (comunicado) y dispuesto a aprender; debe tomar en
consideración todo punto de vista, consciente siempre de que pare el hombre caminante
no hay verdades definitivas, que todo debe ser probado e intentado. Una absoluta
tolerancia es, según esto, una auténtica meta humana.
Martín Heidegger (1889-1976) es el otro
fundador de la filosofía existencial alemana. Más taciturno que Jaspers, más
penetrante, más difícil y más resuelto para crear e innovar. Es sucesor de Husserl,
su maestro, en Friburgo, pero ha impreso a la fenomenología, de la que procede,
rumbos esencialmente nuevos.
GERMAN EXISTENTIALISM
From the beginning of the German existential philosophy it accuses certain pathetic tonality. From the outside it has been characterized of general form, something exaggeratedly, with the words of anxiety, care, pessimism, nihilism, tragic and heroic.
“Go-cart Jaspers” (1883-1969) was a long time teacher in Heidelberg, and from 1948, in Basel. He is together with Heidegger the founder of the German existential philosophy.
Jaspers wants to give in its philosophy an explanation of the existence. What he understands for existence passes of the following form. The man has before himself the reality of the world. This reality is firstly that existence of the real objects with which there deal the particular sciences (in Heidelger to be presencial is called, to hand).
The man not philosopher takes this being presencial like clear thing and aproblemática. A philosophical orientation warns soon that there does not happen a uniform and unitary vision of the world, since it always happens that absolutiza of a side, a piece, which takes for everything, relegating to background everything else.
The positivism, for example, acts as if the quantitative side of the things was everything real. The idealism does the same with the spirit. And especially both forget that the contents of the conscience (representations, concepts, judgments) are not what generally believes, namely, mental concepts of universal validity, with which appropriately aprehendemos the objects; in fact, the man thinks "existentially" every concept, with its stamp of incommunicable and irreplaceable singularity.
Jaspers sees in the existence a combined game of life and spirit. Who does not want to save any more than the life, as “irrational existence” to favor of the feeling, of the experience, of the impulsiveness aproblemática, of the instinct and of the caprice, will fall down in a blind brutality, of the instinct. The one who on the contrary does not want to save any more than the spirit, the “unexistential reason”, slips towards an intellectual, schematic universalismo, without personality, without historicity, as a point empties, sustituible to caprice for other. Two things have to integrate.
“The big poles of the existence, which unite in all the forms of the "surrounding one" are, then, a reason and existence. Both are inseparable, perishing one if other one perishes”. In Jaspers, existence is the conjunction of the real thing, the assumed for the life in its decision, the appropriate thing personally at large and historical singularity, with the sealed logically, transido of spirit and raised to scientific conscience.
The way and the philosophical explanation or clarification of the existence will not be therefore, the new knowledge. This would be equivalent to relapse into the philosophy of the conscience, overcome already by Kierkagaard and Nietzsche.
The existence, like synthesis of life and spirit, is properly an attitude, a behavior for “with it”. The existential man must always be of way, can petrify either in any truth, concept nor dogmatic system; constantly open (bulletin) has to, on the contrary, be and ready to learn; it must take in consideration any point of view, conscious of that the man gives birth walker there are always no definitive truths, that everything must be tried and tried. An absolute tolerance is, according to this, an authentic human goal.
Martín Heidegger (1889-1976) is another founder of the German existential philosophy. More taciturn than Jaspers, more penetrating, more difficult and more solved to create and to innovate. He is a successor of Husserl, its teacher, in Friburgo, but it has printed on the fenomenología, from which it comes, courses essentially new.
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