Este miedo, siempre nos ha impresionado a todos, pero sin embargo, yo creo que vivir la vida con plenitud y generosidad, comprendiendo y ayudando a los demás, a mi juicio es el mejor antídoto contra el temor a la muerte, porque de este modo, se gana autoestima y seguramente la satisfacción intima de permanecer en la memoria de las personas que nos han amado.
En alguna ocasión, todos nos ha tocado vivir la experiencia de la muerte de los demás, y nos afecta especialmente la de nuestros familiares o amigos. Los muertos a los que hemos amado en vida, nunca desaparecerán, porque permanecerán en nuestros pensamientos, en nuestras acciones, o en una simple fotografía.....si desaparecen de la memoria, no les habremos amado de verdad. Simplemente, el aprendizaje de la serenidad nos permite tomar distancia para encontrar en uno mismo el medio de no sufrir.
El temor a la muerte siempre ha sido innato en el hombre. Desde que comprende que los demás son otro yo y que todos pueden desaparecer, el despertar angustioso ante este fenómeno brutal e incomprensible contra el cual está totálmente desprotegido. Muchos de nosotros tememos a la muerte, yo mismo pase por una experiencia así al padecer un cáncer de pulmón que cerca estuvo de acabar conmigo, por suerte fue un tumor que se pudo tratar y solucionar a tiempo. aunque muchas veces la gente no hable de ella , siempre hay un temor latente, otros procuran vencer su temor hablando constantemente de ella. Creyentes o no, todos temen a la enfermedad interpretada siempre como el camino hacia la muerte.
Porque sin duda, quien teme sufrir, sufre ya lo que teme. Tememos perder lo que la vida nos da, todo lo que vemos a nuestro alrededor, nuestros allegados, la sociedad....que seguirá evolucionando sin nosotros, es en el fondo un sentimiento de frustración por no estar presente en ese gran espectáculo de la vida, en el que a la vez somos actores y espectadores. Podemos padecer desgracias, la pérdida de seres queridos, dificultades materiales o sociales, pero nuestra reacción ante la desgracia depende en gran medida de nuestras posibilidades psicológicas para analizar adecuadamente esas dificultades, conocerlas y aceptarlas.
Siempre he creído que la mejor forma para no sentir angustia y temor por la muerte, es aumentar la autoestima, el aprecio por la vida y lo que comporta. ¿El secreto para mi?, vivir plenamente el momento presente, no malgastarlo o perderlo. Lo mas importante en la vida para mi, es no conceder importancia a las cosas que no la tienen. Es fácil de decir y dificil de hacer, lo reconozco, pero de ahí el crecimiento y evolución persona, porque actuar así, nos aportará una mayor satisfacción íntima.
La neurosis de la muerte, no se cura con ficciones o ilusiones inútiles, sino con un trabajo filosófico y psicológico personal, bien definido sobre uno mismo y sus pensamientos, es el aprendizaje de la serenidad, porque gracias a este tipo de introspección personal y racional es posible adquirir la distancia necesaria. Yo pienso que es más digno y más eficaz tener un ideal de la muerte y encontrar en uno mismo el medio de no sufrir pensando en todo lo que la vida nos ha aportado. La vida es una oportunidad, creyentes, agnósticos o ateos...lo esencial es la vida que elegimos. Esta puede ser plena y gozosa si respetamos a los demás, si somos altruistas, capaces de ayudar, de comprender y de remediar el sufrimiento de los demás.
Debemos cultivar siempre la alegria de vivir, apreciar siempre el momento presente, no lamentar el pasado, saber conservar la libertad interior.
This fear, it has always impressed all of us, but nevertheless, I believe that to live through the life with plenitude and generosity, comprising and helping to the others, to my judgment is the best antidote against the fear of the death, because this way, self-esteem is gained and of course the satisfaction becomes close of remaining in the memory of the persons who have loved us.
In some occasion, all it has touched us to live through the experience of the death of the others, and we are affected especially by that of our relatives or friends. The dead persons whom we have loved in life, will never disappear, because they will remain in our thoughts, in our actions, or in a simple photo..... if they disappear of the memory, we will not have loved them really. Simply, learning of the serenity allows us to take distance to find in one himself the way of not suffering.
The fear of the death has always been innate in the man. Since there comprises that other sound another I and that they all can disappear, the distressing awakening before this brutal and incomprehensible phenomenon against which it is totálmente unprotected. Many of us we are afraid to the death, me of the same pass for an experience like that on having endured a cancer of lung that close was of finishing with me, fortunately it was a tumor that could talk each other and to solve on time. although often the people do not speak about her, there is always a latent fear, others try to conquer its fear speaking constantly about her. Believers or not, they all are afraid of the illness interpreted always like the way towards the death.
Because undoubtedly, who is afraid to suffer, already suffers of what he is afraid. We are afraid to lose what the life gives to us, everything what we see around us, our relatives, the society.... that will keep on evolving without us, it is in the fund a frustration feeling for not being present in this big spectacle of the life, in which simultaneously we are actors and spectators. We can endure misfortunes, the dears' loss, material or social difficulties, but our reaction to the misfortune depends to a great extent on our psychological possibilities to analyze appropriately these difficulties, to know them and to accept them.
I have always believed that the best form not to feel anxiety and fear for the death, is to increase the self-esteem, the appreciation for the life and what it endures. The secret for me?, to live entirely through the present moment, not to waste it or to lose it. The most important thing in the life for me, is not to grant importance to the things that do not have it. It is easy to say and difficult to do, I admit it, but hence the growth and evolution presents itself, because to act as like that, will bring us a major intimate satisfaction.
The neurosis of the death, he does not recover with fictions or useless illusions, but with a thought personal, good philosophical and psychological work defined on one himself and its, it is learning of the serenity, because thanks to this type of personal and rational introspection it is possible to acquire the necessary distance. I think that it is worthier and more effective to have an ideal of the death and to find in one himself the way of not suffering thinking about everything what the life has brought us. The life is an opportunity, believers, agnostics or atheists... the essential thing there is the life that we choose. This one can be full and joyful if we respect the others, if we are altruistic, capable of helping, of understanding and of remedying the suffering of the others.
We must always cultivate the happiness of living, always appreciating the present moment, not to be sorry about the past, to be able to preserve the interior freedom.
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