LA PSICOLOGIA DEL NAZISMO
El nazismo constituye un problema psicológico, pero los
problemas psicológicos deben ser comprendidos como moldeados por causas
socioeconomicas; el fascismo es un problema económico y político, pero su
aceptacion por parte de todo un pueblo ha de ser entendida sobre una base
psicológica.
Al
considerar la base psicológica del éxito del nazismo hay que hacer una
distinción: una parte de la población se inició en el régimen nazi sin
presentar mucha resistencia, pero también sin transformarse en admiradora de la
ideología y la práctica política nazis. En cambio, otra parte del pueblo se
sintió hondamente atraída por esta nueva ideología. El primer grupo estaba
constituido principalmente por la clase obrera y por la burguesía liberal y
católica.
Desde el
punto de vista psicológico, esta disposición a someterse al nuevo régimen
parece motivada principalmente por un estado de cansancio y resignación íntimos
que constituye una característica peculiar del individuo de la era presente,
característica que puede hallarse hasta en los países democráticos.
Después
que Hitler llego al poder, surgió otro incentivo para el mantenimiento de la
lealtad de la mayoría de la población al régimen nazi. Para millones de
personas el gobierno de Hitler se identifico con Alemania. Desde el momento en
que fueron abolidos todos los demás partidos políticos y el partido nazi llegó
a ser Alemania, la oposición al nazismo no significaba otra cosa que oposición
a la patria misma. Parece que no existe nada más difícil para el hombre común
que soportar el sentimiento de hallarse excluido de algún grupo social mayor.
Por más que el ciudadano alemán fuera contrario a los principios nazis, ante la
alternativa de quedarse aislado o mantener su sentimiento de pertenencia a
Alemania, la mayoría eligió esto último. Todo ataque a Alemania como tal, toda
propaganda difamatoria referente a los alemanes, tan sólo sirven para aumentar
la lealtad de aquellos que no se hallan completamente identificados con el
sistema nazi.
En
contraste con la actitud negativa o resignada asumida por la clase obrera y la
burguesía liberal y católica, las capas inferiores de la clase media, compuesta
de pequeños comerciantes, artesanos y empleados, acogieron con gran entusiasmo
la ideología nazi. En estos grupos, los individuos pertenecientes a las
generaciones más viejas constituyeron la base de masa más pasiva; los hijos, en
cambio, tomaron una parte activa en la lucha. Es así que los motivos de la
profunda influencia ejercida por la ideología nazi han de buscarse en la
estructura del carácter social de la baja clase media.
De hecho, hay rasgos
característicos de esta clase a lo largo de toda la historia: su amor al
fuerte, su odio al debil, su mezquindad, su hostilidad, su avaricia,...Su
concepción de la vida era estrecha, sospechaban del extranjero y lo odiaban,
racionalizando su sentimiento bajo la forma de indignacion moral: toda su vida
estaba fundada en el principio de la escasez, tanto desde el punto de vista
económico como del psicológico.
Aunque
el carácter social de esta clase ha sido siempre así, los acontecimientos
posbélicos los intensificaron. En el periodo de la posguerra no solamente se
produjo una decadencia más rápida de la situación económica, sino que también
su prestigio social sufrió una declinación análoga. Antes de la guerra, esa
clase podía sentirse en una posición superior a la del obrero. Después de la
revolución, en cambio, el prestigio social del proletariado creció de manera
considerable y, en consecuencia, el de la baja clase media disminuyó
correlativamente, por lo que ya no había nadie a quien despreciar.
Además el último baluarte de la seguridad de la clase media, la familia, también se había quebrado. De este modo, la vieja generación de la baja clase media se fue haciendo más y más amargada y resentida; pero mientras los ancianos permanecían pasivos, los jóvenes se veían impulsados hacia la acción.
Además el último baluarte de la seguridad de la clase media, la familia, también se había quebrado. De este modo, la vieja generación de la baja clase media se fue haciendo más y más amargada y resentida; pero mientras los ancianos permanecían pasivos, los jóvenes se veían impulsados hacia la acción.
El amor al poderosos y el odio al
débil, tan típicos del carácter sadomasoquista, explica gran parte de la acción
política de Hitler y sus adeptos. También existe un aspecto masoquista al lado
del sádico: existe el deseo de someterse a un poder de fuerza abrumadora, de
aniquilar su propio yo, del mismo modo que existe el deseo de ejercer poder
sobre personas que carecen de él. La naturaleza es el gran poder al que debemos
someternos y es, en cambio, sobre los seres vivientes que debemos ejercer
nuestro dominio.
La
función de una ideología y practicas autoritarias puede compararse a la función
de los síntomas neuróticos. Éstos resultan de condiciones psicológicas
insoportables, y al mismo tiempo ofrecen una solución que hace posible la vida.
A pesar de ello no constituyen una solución capaz de conducir a la felicidad o
a la expansión de la personalidad.
La soledad e impotencia del individuo, su búsqueda para la realización de las potencialidades que ha desarrollado, el hecho objetivo de la creciente capacidad productiva de la industria moderna, todos estos elementos son factores dinámicos que forman la base de una creciente búsqueda de libertad y felicidad.
Refugiarse en la simbiosis puede aliviar durante un tiempo los sufrimientos, pero no los elimina. La historia de la humanidad no solo es un proceso de individuación creciente, sino también de creciente libertad.
La soledad e impotencia del individuo, su búsqueda para la realización de las potencialidades que ha desarrollado, el hecho objetivo de la creciente capacidad productiva de la industria moderna, todos estos elementos son factores dinámicos que forman la base de una creciente búsqueda de libertad y felicidad.
Refugiarse en la simbiosis puede aliviar durante un tiempo los sufrimientos, pero no los elimina. La historia de la humanidad no solo es un proceso de individuación creciente, sino también de creciente libertad.
El anhelo de libertad no es una fuerza metafísica y no
puede ser explicado en virtud del derecho natural; representa, por el
contrario, la consecuencia necesaria del proceso de individuación y del crecimiento
de la cultura. Los sistemas autoritarios no pueden suprimir las condiciones
básicas que originan el anhelo de libertad, ni tampoco pueden destruir la
búsqueda de libertad que surge de esas mismas condiciones.
THE PSYCHOLOGY OF THE NAZISM
The fascism is explained often from two opposite positions: on the one hand it is said that the Psychology does not offer any explanation of a phenomenon of economic and political character as the fascism; and on the other hand, that the fascism constitutes, especially, a psychological problem.
The Nazism constitutes a psychological problem, but the psychological problems must be comprised as molded by socioeconomic causes; the fascism is an economic and political problem, but its acceptance on the part of the whole people has to be understood on a psychological base.
On having considered the psychological base of the success of the Nazism, it is necessary to do a distinction: Nazi initiated a part of the population in the diet without presenting many resistance, but also without transforming in admirer of the ideology and the political practice Nazi. On the other hand, another part of the people felt deeply attracted by this new ideology. The first group was constituted principally by the working class and by the liberal and catholic bourgeoisie.
From the psychological point of view, this disposition, to surrender to the new diet, seems motivated principally for the state of weariness and resignation close friends that there constitutes a peculiar characteristic of the individual of the present, typical age who can be even in the democratic countries.
Later that Hitler came to the power, Nazi arose another incentive for the maintenance of the allegiance of most of the population to the diet. For million persons Hitler's government identified with Germany. From the moment in which all the rest political parties were abolished and the divided Nazi became Germany, the opposition to the Nazism was not meaning another thing than opposition to the homeland itself. It seems that nothing more difficult exists for the common man to support the feeling of being excluded from some major social group.
However much the German citizen was opposite to the beginning Nazi, before the alternative of remaining isolated or maintaining its belonging feeling to Germany, the majority chose the above mentioned. Any attack, any slanderous propaganda regarding the Germans, only they serve to Germany as such to increase the allegiance of those that are not completely identified by the system Nazi.
In contrast with the negative or given up attitude assumed by the working class and the liberal and catholic bourgeoisie, the low layers of the middle class, consisted of small merchants, craftsmen and personnel, they received with big enthusiasm the ideology Nazi. In these groups, the individuals belonging to the oldest generations constituted the most passive mass base; the children, on the other hand, took an active part in the struggle.
It is so the motives of the deep influence exercised by the ideology Nazi have to be looked in the structure of the social character of the low middle class.
It is so the motives of the deep influence exercised by the ideology Nazi have to be looked in the structure of the social character of the low middle class.
In fact, there are features typical of this class along the whole history: its love to the fortress, its hate towards the weak, its stinginess, its hostility, its avarice... Its conception of the life was narrow, they were suspecting in the foreigner and hated it, rationalizing its feeling under the form of moral indignation: all its life was founded in the beginning of the scarcity, both from the economic point of view and of the psychological one.
Although the social character of this class has been always like that, the events posbélicos intensified them. In the period of the postwar period not only a more rapid decline of the economic situation took place, but also its social prestige suffered a similar declination. Before the war, this class could feel in a position superior to that of the worker. After the revolution, on the other hand, the social prestige of the proletariat grew in a considerable way and, consequently, that of the low middle class diminished correlatively, therefore there was already nobody whom to despise.
Also the last bastion of the safety of the middle class, the family, also had broken. This way, the old generation of the low middle class was done more and more embittered and spiteful; but while the elders were remaining passive, the young people was turning out to be impelled towards the acción.i.
Also the last bastion of the safety of the middle class, the family, also had broken. This way, the old generation of the low middle class was done more and more embittered and spiteful; but while the elders were remaining passive, the young people was turning out to be impelled towards the acción.i.
These psychological conditions did not constitute the cause of the Nazism, but yes they represented its human base, without which it could not have developed. That's why an analysis of the whole phenomenon of the emergence and the victory of the Nazism should consider definitely political both and economic conditions and the psychological ones.
The love to powerful and the hate towards the dweeb, so typical of the character sadomasoquista, he tells big part of the political action of Hitler and its followers. Also a masochistic aspect exists next to the sadistic one: there exists the desire to surrender to a power of overwhelming force, to annihilate its own one I, in the same way that there exists the desire to exercise power on persons who lack him. The nature is the big power to which we must surrender and it is, on the other hand, on the living beings that we must exercise our domain.
The function of an ideology and authoritarian practices can be compared to the function of the neurotic symptoms. These result from unbearable psychological conditions, and at the same time they offer a solution that makes the life possible. In spite of it there do not constitute a solution capable of driving to the happiness or to the expansion of the personality.
The solitude and powerlessness of the individual, its search for the achievement of the potentialities that it has developed, the objective fact of the increasing productive capacity of the modern industry, all these elements are dynamic factors that form the base of an increasing search of freedom and happiness.
To shelter in the symbiosis can relieve during a time the sufferings, but it does not eliminate them. The history of the humanity not only is a process of increasing individuation, but also of increasing freedom.
The solitude and powerlessness of the individual, its search for the achievement of the potentialities that it has developed, the objective fact of the increasing productive capacity of the modern industry, all these elements are dynamic factors that form the base of an increasing search of freedom and happiness.
To shelter in the symbiosis can relieve during a time the sufferings, but it does not eliminate them. The history of the humanity not only is a process of increasing individuation, but also of increasing freedom.
The freedom wish is not a metaphysical force and it cannot be explained by virtue of the natural law; it represents, on the contrary, the necessary consequence of the process of individuation and of the growth of the culture. The authoritarian systems neither can suppress the basic conditions that cause the freedom wish, they cannot also destroy the search of freedom that arises from the same conditions.
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