EL DESDÉN POR LA FORMA
En pintura, el desdén por la forma y el interés claro por el significado es característico de la pintura zen.
El estilo "pintura de ángulo" y la "economía de trazos" hacen de esta pintura algo alejado de cualquier
norma convencional. La omisión de las formas y de las masas provoca sorprendentemente un inesperado
sentimiento evocador y de placer estético. Las limitaciones o deficiencias tan sólo son aparentes y en
realidad estas supuestas imperfecciones se convierten en una forma de perfección.
Belleza en término zen es imperfección y a veces fealdad. Belleza de la imperfección acompañada en
ocasiones de antigüedad o de primitiva tosquedad. Cuando encontramos esta combinación se dice que
estamos ante el resplandor "SABI"
.
Sabi consiste en una rústica sencillez sin pretensiones, en una arcaica imperfección, en la aparente
simplicidad o carencia de esfuerzo en la ejecución y en la riqueza de asociaciones históricas. Los
utensilios utilizados en la habitación de té son básicamente de esta naturaleza. Todos ellos generados
bajo el influjo zen.
Sabi literalmente significa "soledad" o "aislamiento". Quedarse en soledad, sin brillos de lentejuelas, sin
fuegos de artificios equivale a renunciar a toda visión espectacular. Como un apunte pintado al "sumi-e"
(variante japonesa de la pintura al aguada), sencillo, sobrio, sin colores vistosos, ni juego de formas
infinitamente variables, así se expresa la idea de sabi.
LA ASIMETRÍA,UNA CARACTERÍSTICA ESENCIAL DEL ARTE JAPONÉS
La disposición de la habitación del té así como los instrumentos utilizados en la ceremonia no son
regulares. El techo está construido al menos en tres estilos diferentes. La agrupación y colocación en el
jardín de las pasarelas o lajas es irregular, algunos utensilios para servir el té también son toscos y
asimétricos.
La asimetría está entendida tanto en la arquitectura de algunos templos budistas como en los ejemplos
antes citados como idea de "imperfección". Este gusto por lo impefecto encuentra su inspiración en el
espíritu zen. La forma zen contempla las cosas individuales como perfectas en sí mismas dentro de su
particular imperfección y al mismo tiempo como materialización de la totalidad en Uno.
Los impulsos artísticos son siempre primitivos (espontáneos e intuitivos) y más innatos que los morales.
El arte nace en el interior de la naturaleza humana. La moral siempre resulta ser un convencionalismo
impuesto desde el exterior, en cambio el arte es irrefenablemente expresión de la interioridad. Luego
podemos decir que el arte es zen y la moral no necesariamente.
La simetría inspira ideas de gracia, solemnidad y grandeza; exactamente ocurre con el formalismo lógico
o la acumulación de ideas abstractas. El zen huye de todas estas cuestiones.
El intelectual aspira fundamentalmente al equilibrio mientras que los japoneses son propensos a
ignorarlo, inclinándose acusadamente hacia la inestabilidad, la asimetría y la imperfección. De aquí que
los japoneses no sean dados a la actividad intelectual y filosófica con intensidad.
EL DESEQUILIBRIO, LA ASIMETRÍA, LA POBREZA, LA SIMPLICIDAD, LA SOLEDAD
Como hemos visto anteriormente "WABI" y "SABI" son las dos palabras que caracterizan los rasgos
esenciales del arte y la cultura japonesa. Ambos tienen su origen en la verdad central del zen: " El Uno en
los Muchos y los Muchos en el Uno" o "El Uno permaneciendo como uno en los Muchos, individual y
colectivamente".
LA ESTÉTICA ZEN
El aspecto estético zen se alimenta del ascetismo zen en el sentido de la "ausencia" de "egoismo"
personal y en la fusión completa de sujeto y objeto en una absoluta "Vacuidad".
La estética zen persigue captar el espíritu de la naturaleza. Captar el espíritu de una flor es tomar
contacto interiormente con la esencia de la flor. Aprehender firmemente la raíz de la naturaleza, que nos
une a ella. Todo lo que existe es naturaleza, incluido el hombre.
El fin último es lograr la fusión de la persona (del yo) con la naturaleza y con las otras personas para
alcanzar a comprender el verdadero significado de la creación.
El zen trata de vivir la naturaleza desde
dentro para así encontrar el fundamento real de la existencia y dejar de vivir como si estuvieramos dentro
de un sueño, donde se encuentran la mayor parte de los hombres.
La belleza no está en la "forma" sino en el "significado". Sólo se puede "captar" y "entender" desde un
plano "suprahumano" o "espiritual", libre de toda limitación. Los múltiples impedimentos que aparecen
cuando actuamos desde un plano físico nos impiden aprehender el significado de la existencia. Los
movimientos físicos y psicológicos, siempre torpes y relativos, motivo de confusión, hacen que las cosas
nos resulten engañosas (dentro del mundo llamado de la "multiplicidad").
THE SCORN FOR THE FORM
In painting, the scorn for the form and the clear interest in the meaning is typical of the Zen painting.
The style "angle painting" and the "economy of lines" do of this painting something remote of any
conventional norm. The omission of the forms and of the masses provokes surprisingly an unexpected one
evocative feeling and of esthetic pleasure. The limitations or shortcomings just are apparent and in
reality this supposed imperfection turns into a form of perfection.
Beauty in Zen term is an imperfection and sometimes ugliness. Beauty of the imperfection accompanied in
occasions of antiquity or of primitive rudeness. When we find this combination it is said that
we are before the resplendence "SABI".
Sabi consists of a rustic simplicity without pretensions, of an archaic imperfection, of the apparent one
simplicity or lack of effort in the execution and in the wealth of historical associations.
tools used in the room of tea are basically of this nature. All of them generated
under the Zen influence.
Sabi literally means "solitude" or "isolation". To remain in solitude, without spangles sheens, without
devices fires he is equivalent to resign from any spectacular vision. As a note painted to "I plunged and"
(Japanese variant of the painting to the gouache), simple, sober, without showy colors, or game of forms
infinitely variable, like that the idea of sabi expresses itself.
THE ASYMMETRY, AN ESSENTIAL CHARACTERISTIC OF THE JAPANESE ART
The disposition of the room of the tea as well as the instruments used in the ceremony are not
you will regulate. The roof is constructed at least in three different styles. The group and laying in
garden of the footbridges or sandstones is irregular, some tools to serve the tea also are coarse and
asymmetric.
The asymmetry is understood so much in the architecture of some temples Buddhists as in the examples
earlier quoted like idea of "imperfection". This taste for the impefecto finds its inspiration in
Zen spirit. The Zen form contemplates the individual things like perfect in themselves inside its
particular imperfection and at the same time like materialization of the totality in One.
The artistic impulses are always primitive (spontaneous and intuitive) and more innate than the mulberry trees.
The art is born inside the human nature. The morality always turns out to be a conventionality
tax from the exterior, on the other hand the art is irrefenablemente expression of the interiority. Then
we can say that the art is Zen and the morality not necessary.
The symmetry inspires ideas of grace, solemnity and nobility; exactly it happens with the logical formalism
or the accumulation of abstract ideas. The Zen one flees of all these questions.
The intellectual aspires fundamentally to the balance while the Japanese are inclined to
to ignore it, inclining acusadamente towards the instability, the asymmetry and the imperfection.
From here that
the Japanese are not given to the intellectual and philosophical activity with intensity.
THE IMBALANCE, THE ASYMMETRY, THE POVERTY, THE SIMPLICITY, THE SOLITUDE
Since we have seen previously "WABI" and "SABI" is two words that characterize the features
essential of the art and the Japanese culture. Both have its origin in the central truth of the Zen one: "One in
Many and Many in One " o "One remaining like one in Many, individual and
collectively".
THE ZEN ESTHETICS
The Zen esthetic aspect feeds on the Zen asceticism in the sense of the "absence" of "egoism"
personnel and in the finished merger of subject and object in an absolute "Emptiness".
The Zen esthetics chase to receive the spirit of the nature. To receive the spirit of a flower is to take
I contact internally with the extract of the flower. Aprehender firmly the root of the nature, which us
it joins her. Everything what exists is a nature, including the man.
The last end is to achieve the merger of the person (of me) with the nature and with other persons for
to manage to understand the real meaning of the creation. The Zen one tries to live through the nature from
inside this way to find the real foundation of the existence and to stop living as if we were inside
of a sleep, where most of the men is.
The beauty is not in the "form" but in the "meaning". It is possible only to "receive" and to "understand" from one
plane "suprahumano" or "spiritual", free of any limitation. The multiple impediments that appear
when we act from a physical plane they prevent us aprehender the meaning of the existence.
physical and psychological, always awkward and relative movements, motive of confusion, do that the things
turn out to be deceitful to us (inside the called world of the "multiplicity").