Siempre he creído que las experiencias vitales, influyen y modifican el cuerpo y el cerebro, como asegura la neurociencia, es un proceso que se puede facilitar con ejercicio físico y la práctica consciente de la atención, para conseguir cambios profundos en el comportamiento y la forma de ver el mundo.
El cerebro siempre ha sido la extructura mas enigmática y sorprendente de las que integran nuestro organismo. Gracias a los avances de la neurociencia en las últimas décadas, hoy se sabe que una de sus cualidades fundamentales, es su capacidad plástica. Nuestro cerebro cambia y se transforma con cada experiencia.
El cerebro adulto dispone de unos 100,000 millones de neuronas, cada neurona puede establecer contacto a través de su sinapsis con entre 1000 y 10,000 neuronas más. configurando así redes de circuitos plásticos integrados en sistemas que sustentan todas las funciones cognitivas, emocionales, sensoriales y motoras de la persona.
El 95 por ciento de las comunicaciones sinapticas en los adultos son químicas, se liberan moléculas varias en este espacio de comunicación, -neurotransmisores y neuromoduladores-, que, al interactuar con sus respectivos receptores, originan una acción excitadora o inhibidora que hace viables nuestras funciones. Toda nuestra actividad mental supone millones de cálculos neuronales en cada segundo de nuestra vida.
Y si bien es cierto que nuestras neuronas cambian poco a poco, los circuitos que establecen entre ellas tienen una capacidad de cambio extructural, de manera que , al modificarse la estructura del circuito, cambia su función y la neuroquimica subyacente.
Este proceso se traduce en un efecto diferente tambien, tanto en el cuerpo como en la mente.
La variabilidad de las experiencias vitale de cada persona tiene una influencia clara en nuestras estructuras, tanto en el cuerpo como en el cerebro, porque cuerpo y mente son uno solo. Nuestro cuerpo influye en nuestro cerebro y este, a partir de la información percibida de él, influye asimismo en la modificación del cuerpo.
Por este motivo la forma mas sencilla de influir en nuestra mente, es cambiando previamente el cuerpo. A partir de ese momento estaremos en mejor disposicion para facilitar cambios en la forma de pensar.
¿Tienen todas nuestras estructuras cerebrales circuitos con capacidad plástica?. No todas. Las influencias recíprocas en nuestra genética y el entrono en el que vivimos ha dado como resultado una determinada actividad cuerpo-mente y , en consecuencia un determinado comportamiento humano.
Ese proceso constructivo hace posible progresas hacia nuestra máxima integración madurativa. Nacemos con una determinación estructural concreta y, sobre esa base, la influencia de nuestro entorno implementa modificaciones plásticas a lo largo de nuestra vida, pero en determinadas estructuras cerebrales más que en otras.
El hipocampo, -una estructura implicada en el aprendizaje, en determinados tipos de memoria y en la neurogénesis, (creación de nuevas neuronas), tiene una gran capacidad plástica. Se han comprobado asimismo mecanismos de capacidad plástica en la neocorteza, y se ha constatado que las moléculas que intervienen en estos mecanismos también lo hacen en funciones cognitivas como el aprendizaje y la memoria.
Sin embargo, hay que señalar, que en nuestra programación genética se incluye el mandato de la supervivencia, y ello supone que extructuras primarias, (evolutivamente hablando) las cuales forman parte de nuestro cerebro emocional, -como la amígda responsable de activar el sistema de lucha-huida- tengan memoria emocional, y cierta capacidad plástica, pero en cambio el hipotálamo parece carecer de ella, y gracias a ello tenemos programada nuestra capacidad de sobrevivir.
El hipotálamo, es la extructura encargada de una función imprescindible para mantenernos vivos: la "homeostasis", el estado de reajuste constante de parámetros fisiológicos vitales, como la temperatura corporal, la composicion de nuestra sangre, el equilibrio hídrico o energético, además de la actividad endocrina, sexual y reproductiva, y de hacer viable nuestra conducta de ataque y defensa.
I have always believed that the vital experiences, they influence and modify the body and the brain, as he makes sure the neuroscience, it is a process that it is possible to facilitate with physical exercise and the conscious practice of the attention, to obtain deep changes in the behavior and the way of seeing the world.
The brain has always been the most enigmatic and surprising extructura of those who integrate our organism. Thanks to the advances of the neuroscience in the last decades, today it is known that one of its fundamental qualities, it is its plastic capacity.
Our brain changes and it transforms with every experience. The adult brain has approximately 100,000 million neurons, every neuron can establish contact across its sinapsis with between 1000 and 10,000 more neurons. forming this way networks of plastic circuits integrated to systems that sustain all the cognitive, emotional, sensory functions and motorboats of the person.
95 per cent of the communications sinapticas in the adults are chemistries, different molecules are liberated in this communication space, - neurotransmitters and neuromoduladores - that, on having interacted with its respective recipients, cause an action excitadora or inhibiting that makes our functions viable.
All our mental activity supposes million calculations neuronales in every second of our life. And although it is true that our neurons change little by little, the circuits that they establish between them have a change capacity extructural, so that, after the structure of the circuit is modified, it changes its function and the neurochemical underlying one. This process is translated in a different effect both in the body and in the mind.
The changeability of the experiences vitale of every person has a clear influence in our structures, both in the body and in the brain, because body and mind are the only one. Our body influences our brain and this one, from his perceived information, influences also the modification of the body. For this motive the form simplest to influence our mind, is changing previously the body.
From this moment we will be in better disposition to facilitate changes in the way of thinking.
Do circuits have all our cerebral structures with plastic capacity?. Not all. The reciprocal influences in our genetics and the entrono in which we live it has given as turned out a certain activity body - mind and, consequently a certain human behavior. This constructive process makes possible you progress towards our maximum integration madurativa. We are born with a concrete structural determination and, on this base, the influence of our environment implements plastic modifications along our life, but in certain cerebral structures more than in others.
The sea horse, - a structure involved in learning, in certain types of memory and in the neurogénesis, (creation of new neurons), has a plastic high capacity. Mechanisms of plastic capacity have been verified also in the neocorteza, and it has been stated that the molecules that intervene in these mechanisms also do it in cognitive functions like learning and the memory.
Nevertheless, it is necessary to point out, that in our genetic programming the order of the survival is included, and it supposes that extructuras you would occupy first place, (evolutivamente speaking) which are part of our emotional brain, - like the responsible amígda of activating the struggle - flight system - have emotional memory, and certain plastic capacity, but on the other hand the hyponuptial bed seems to lack her, and thanks to it we have our programmed aptitude to survive.
The hyponuptial bed, it is the extructura in charge of an essential function to keep us alive: the "homeostasis", the state of constant readjustment of vital physiological parameters, like the corporal temperature, the composition of our blood, the water or energy balance, in addition to the activity endocrine, sexual and reproductive, and of making viable our conduct of attack and defense.
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