Saturday, 18 August 2012

Mujer con crisantemos....woman with chrysanthemums. -Degas-

El ramo multicolor ocupa el espacio sobre la mesita, las flores parecen multiplicarse a medida que uno las mira, algunas caen en desorden, la pincelada  se recrea en los colores que importa el detalle, la vitalidad de la naturaleza invade temporalmente la tranquilidad de la casa.

Las flores hacen penetrar un perfume de independencia que modifica sutilmente la atmósfera del momento, de lo más trivial. el mantel no precisa sus motivos , y los guantes que todavía nadie ha guardado, abandonados junto al jarrón, se conforman con unos toques de color. La jarra de cristal capta un destello, pero se pierde pronto en la suavidad acuática del papel pintado. Algo no encaja en la escenificación, apartada hacia el borde del cuadro, la modelo dispone de menos espacio que el ramo. Los papeles se invierten entre la mujer y el accesorio, las formas se mezclan y se enredan sin duda, se podría hacer un inventario y reconocer las reinas margaritas y los alhelies, distinguir las dalías y otras flores ufanas, pero es el vigor del conjunto lo que fuerza la atención, la espontaneidad un poco despeinada con la que surgen del jarrón sin preocupare demasiado por su apariencia, frente a Degás en este caso no posan flores ni personas en mi opinion.

Acodada sencillamente en el borde de la mesa, con la bata matutina, esta mujer parece que ha olvidado la presencia del pintor. Lo que él quiere captar en el instante, la modelo piensa en otra cosa, deja aflorar su propia verdad, lo uqe en principio no debería verse. No es que haya aquí un asomo de reprensión o de espectáculo, solo como una pequeña relajación en el curso habitual de la vida, unos segundos de ausencia, El cuadro cansado de las formas aprendidas, entra en la infima brecha que acaba de abrirse

Degas esboza unas lineas breves sobre un efimero instante,viste a la dama sin convicción, puesto que ella misma no se ha arreglado todavia. No obstante tiene la gracia de ajustar la blanda bufanda negra...seguramente en el jardin todavia hace fresco. Con el ramo metido en el agua de cualquier manera, el ama de casa deja flotar su mirada mas alla de este cuadro que no intenta encerrarla, como tampoco la vida efimera de las flores parece que deba inspirarle reflexiones fúnebres.

En caso de necesidad, siempre podía ir a meditar frente a una naturaleza muerta de los siglos pasados. Estas flores pueden mostrar su petulancia, pero tan solo aspiran a su existencia presente. 


The multicolored branch occupies the space on the mesita, the flowers seem to multiply as one looks at them, someone fall down in disorder, the stroke enjoys itself in the colors that the detail imports, the vitality of the nature invades temporarily the calmness of the house.

The flowers make to penetrate a perfume of independence that modifies thinly the ambience of the moment, of the most trivial thing. the tablecloth does not need its motives, and the gloves that nobody has kept, left along with the vase yet, they are content with a few color touches. The crystal pitcher receives a twinkle, but it gets lost soon in the aquatic gentleness of the identical role. Something does not fit in the staging separated towards the rim of the picture, the model arranges of less space that the branch. The roles are invested between the woman and the accessory, the forms are mixed and get entangled undoubtedly, it might do an inventory and to recognize the queens daisies and the wallflowers, to distinguish the dalías and other proud flowers, but it is the vigor of the set what forces the attention, the spontaneity a little disheveled with that they arise from the vase without preocupare too much for its appearance, opposite to Degás in this case they do not place flowers you nor present yourself in my opinion.


Leaned simply in the rim of the table, with the morning robe, this woman seems that he has forgotten the presence of the painter. What he wants to receive in the moment, the model thinks about another thing, its own truth allows to outcrop, the uqe at first should not turn. It is not that there is here a hint of scolding or of spectacle, only like a small relaxation in the habitual course of the life, a few seconds of absence, The picture tired of the learned forms, it enters the negligible breach that finishes of opening

Degas outlines a few brief lines on an ephemeral moment, dresses the lady without conviction, since she has not got ready herself yet. Nevertheless it has the grace of the soft black scarf fits... of course in the garden it is still chilly. With the branch got into the water anyway, the housewife allows to float its look beyond this picture that does not try to shut it up, like neither the ephemeral life of the flowers it seems that it should inspire his funeral reflections.

In case of need, he could always go to ponder opposite to a still life of last centuries. These flowers can show its vanity, but only they aspire to its present existence.

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Art Black Side